Todo lo que le ocurrió a Mufasa tras su muerte

Este es un fic que empecé a escribir en otro foro, cuenta todas las aventuras de Mufasa tras su muerte en la estampida. ¡Espero que os guste!
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Mientras Mufasa se precipitaba hacia la mortal estampida, le cruzaron millones de pensamientos por la cabeza. Pensó en Scar. Su propio hermano lo había traicionado. Pensó en Simba. ¿Qué iba a ser de él? ¿Lo mataría Scar? Su hijo... Apenas tuvo tiempo de pensar en nada más. Sintió que se le escapaba la vida mientras era pisoteado por los ñus. Luego, de repente, dejó de sentir. Su espíritu salió de su cuerpo inerte y comenzó a subir al cielo.
"Allá voy, reunirme con mis antepasados" pensó. Lo último que vio mientras ascendía fue a Scar engañando a Simba para que huyera y mandando hienas tras él. Muy apenado, pensó que era muy probable que su hijo se reuniera con él muy pronto. Sus preocupados pensamientos se vieron cortados de golpe por un brillante resplandor que lo obligó a cerrar los ojos. En ese momento oyó una voz que le resultó familiar:
-¿Mufasa? ¿Eres tú?
Se giró de golpe. En medio de la nada blanca en la que se movía había aparecido un león que él conocía bien.
-Padre... Sí, soy yo, Mufasa.
Ahadi lo miró ladeando la cabeza.
-¿Por qué estás aquí?- preguntó-. Aún no era tu hora.
Mufasa bajó la cabeza, pensando en que su padre se iba a apenar tanto como él al enterarse de la traición de Taka... Taka. Ya había olvidado que ese era su nombre verdadero. Alzó la mirada y vio que Ahadi lo observaba con una mirada interrogante. Mufasa suspiró y comenzó a hablar. Mientras narraba fueron apareciendo más y más leones. El recién llegado conocía a algunos, como a su madre Uru o a su abuelo Mohatu, pero el resto le resultaban completamente desconocidos. Cuando acabó de narrar, practicamente todos los reyes estaban allí. Muchos rugieron con desaprobación al enterarse de la conducta de Scar. Ahadi miraba a Mufasa con tristeza, sobre todo al enterarse de que Simba corría un grave peligro. Uru se acercó a su hijo y lo lamió en la oreja, tal y como a él le gustaba, y Mufasa se sintió un poco más feliz.
-Sé que estás muy preocupado por tu hijo, pero ¿por qué no te vienes y dejas que tu padre y yo te enseñemos este lugar?
-Tu madre tiene razón, si no lo conoces este sitio puede ser peligroso. Cambia constantemente y puedes acabar volviendote loco.
Mufasa se quedó pensativo unos instantes. Aunque se alegraba de volver a ver a sus padres, no quería estar allí. Quería volver para ayudar a Simba. Quería volver para ver a Scar y... No, matarlo no. Eso sería rebajarse a su nivel. Simplemente le haría comprender hasta qué punto había llegado su ambición. Quería volver. Pero finalmente la cordura se impuso. No podía volver.
-Está bien. Supongo que no tengo nada mejor que hacer.
Y así, acompañado de sus padres, se sumergió en el Reino de los Espíritus.
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Bueno, este es el primer capítulo, espero que os haya gustado

Muy buen comienzo Simba Hakuna Matata.
Espero ver la continuación muy pronto

Saludos

La tendrás, pero que sepas que tienes hasta el capítulo 14 ó 15 en El Reino de Simba

Capítulo II

A Mufasa le estaba costando bastante adaptarse al Reino de los Espíritus. Era un lugar cambiante: ya podía estar paseando tranquilamente al lado de un manantial, que de pronto y sin aviso se encontraba en mitad de un desierto. Su encuentro con Mohatu tuvo lugar mientras avanzaba a través de una selva.
-Perdón- murmuró Mufasa cuando se chocó con su abuelo.
-Si no me equivoco tú eres el hijo de Ahadi- dijo él, ignorándolo.
-Sí, lo soy. Y si no me equivoco yo, tú debes de ser su padre y, por lo tanto, mi abuelo.
Mohatu sonrió y asintió con la cabeza. Luego se giró y lo miró directamente a los ojos. Su mirada era pura, limpia y profunda. Mufasa bajó la cabeza, intimidado por el poder de esa mirada.
-Oí la historia de tu muerte cuando la contaste al llegar. Me cuesta mucho creer que alguien sea capaz de matar a su propio hermano. Aunque supongo que eres tú el que más sorprendido está.
-Sí- respondió Mufasa, suspirando.
-¿Qué te parece este lugar? Imagino que tu padre te habló de esto, pero nunca nada es como uno espera.
-Por supuesto que mi padre me lo contó, pero tienes toda la razón. Este lugar es muy extraño. Transmite paz, pero a veces dan ganas de pelear. Estás en un sitio y de repente ¡plof! estás en otro. No creo que nunca me acostumbre.
-Veo que no sabes controlarlo. Bueno, es lógico.
Mufasa miró a su abuelo, quien sonreía pícaramente. Le molestó un poco (la verdad es que le molestó bastante) que se burlara de su ignorancia. Tras unos segundos de silencio, repasó las últimas palabras de su interlocutor, y entonces preguntó:
-¿A qué te referías con "controlarlo"?
-Has tardado más de lo que esperaba en preguntarlo- respondió Mohatu, riendo-. Verás, el sitio por el que paseas no cambia aleatoriamente. Eres tú y sólo tú quien decide por dónde andar.
-¿De veras? Lo he intentado ya, pero no funciona. Pienso en selva, pero no pasa nada.
-Y luego vas al desierto, ¿me equivoco?
-No- respondió Mufasa, obviamente sorprendido-. ¿Cómo demonios lo sabes?
-No es como tú crees como decides a dónde ir. El paisaje va acorde con tu humor. Si estás enfadado o frustrado, tendrás desierto; si estás confuso, tendrás selva.
Mufasa se disponía a responder cuando ambos leones oyeron pasos detrás de ellos. Una voz clara, suave y hermosa habló:
-No es fácil aprender a controlar los cambios, nunca lo lograrás del todo. Pero, si quieres alegrarte e ir a la zona más parecida a las Tierras del Reino, entonces tengo una noticia para ti: Simba sigue vivo.
Mufasa y Mohatu se giraron...
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El segundo capítulo, dedicado a Zira_Gwen (Scar, como la conozco yo n.n) Espero que te guste

Wow muchas gracias por dedicármelo Simba Hakuna Matata

bueno ya decia yo que el titulo lo habialeido en otra parte jaja que distraida soy jeje

Vas muy bien con tu fic.

Espero la conti


Saludos

Jaaja vale, esta arde subo el siguiente ^^
¡Rugi2!

Capitulo III

Mufasa y Mohatu se giraron y vieron a un majestuoso león. Era completamente blanco y su enorme melena negra infundía respeto.
-Tu hijo sigue con vida- repitió. Mufasa jamás se había alegrado tanto con una noticia. Al instante, dejó de estar en la selva para aparecer en un lugar muy semejante a las tierras que rodeaban a la Roca del Rey. Unos segundos más tarde llegaron Mohatu y el otro león.
-El pequeño Simba está vivo, pero se encuentra perdido en mitad del desierto. Necesita ayuda.
-Nada me gustaría más que poder ir a socorrerlo, pero no puedo.
-¿Quién dice que no puedas?- preguntó el león blanco. Mufasa no sabía qué responder a eso-. Hay un lugar al que puedes ir estando del humor que estés. Desde allí puedes ver todo lo que ocurre en las Tierras del Reino.
Mufasa estaba preocupado por Simba, pero al saber que iba a poder verlo se despreocupó un poco. Las palabras de Mohatu lo sacaron de sus pensamientos, aunque iban dirigidas al otro león:
-Pero Nzuri, no está permitido estar allí más de dos horas por día.
-Este caso es diferente. La vida del verdadero príncipe está en juego.
-Pero...- empezó Mohatu.
-No hay más que hablar- lo interrumpió Nzuri-. Lleva a Mufasa a Gazebo, es necesario.
Mientras los dos leones hablaban, Mufasa se sentía cada vez más como un ignorante cachorrillo. Finalmente, el majestuoso león blanco se despidió y desapareció.
-¿Quién era?- preguntó, ansioso por recibir respuestas.
-Nzuri, el primer Rey. Fue él el que, con ayuda de elefante, jirafas, monos y mucho más animales erigió la Roca del Rey.
-Nunca había visto un león blanco.
-No son muy comunes. Bueno, acompáñame.
-¿Dónde vamos? Sé que es el sitio al que te ha dicho que me lleves, pero no recuerdo su nombre.
-Gazebo. El mirador, por así llamarlo. Desde allí puedes ver todo lo que ocurre. Hay una Ley, impuesta por el mismo Nzuri, que dicta que no se pueden estar allí más de dos horas por día. Sin embargo, parece que contigo ha decidido hacer una excepción.
-Esa Ley, ¿por qué está hecha?
-Porque entonces todos pasaríamos allí todo el día, añorando la vida, y acabaríamos siendo meros espectros sin alma.
Mufasa se calló y se perdió en sus pensamientos. Después de andar un rato, llegaron a unas rocas. Mohatu gritó "Niende" y una abertura se formó entre ellas, dejando un hueco lo suficientemente grande como para que cuatro leones pasaran a la vez cómodamente. Mufasa y su abuelo cruzaron y llegaron por fin a Gazebo.
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Nzuri:

El tercer capi, espero que siga gustando, dedicado a Zira_Gwen

Wow muchas gracias por dedicarme el capitulo.
Te quedo muy bien esta muy interesante

Espero con ansias la continuacion

Saludos

De nada, como hoy tengo que estudiar, el siguiente lo tienes mañana (:

Jaja gracias, que lastima que yo si tengo que ir :\

Muy buenos estos dos capitulos... espero el siguiente.
Si quieres pasate por el mio: La hisotria de Mufasa y Taka

Me alegra que te guste, y cuando tenga algo más de tiempo lo leeré (:

Capitulo IV

Cuando entraron, a Mufasa le pareció que no había cambiado nada: el paisaje seguía componiéndose de hierba, árboles, rocas... Se detuvo para echar un vistazo a su alrededor. Mohatu no se percató hasta que no hubo avanzado unos pasos más; entonces se giró y lo miró:
-¿Qué te ocurre?- preguntó. Mufasa dirigió su mirada hacia él y sonrió levemente.
-Nada, es sólo que no noto ninguna diferencia. ¿Estamos ya en Gazebo?
-Por supuesto- respondió su abuelo-. Ven, aquí no verás nada, tenemos que ir hasta esos árboles de ahí.
Mufasa se preguntó qué tenían que ver lo árboles con un mirador, pero al llegar a ellos encontró la respuesta: en el centro había un enorme manantial. Mufasa se acercó, curioso e impaciente por ver a Simba, pero no lograba distinguir nada entre el torbellino de imágenes que contenía la charca.
-Tienes que concentrarte en lo que quieres ver-dijo la voz de Mohatu por detrás de él. Mufasa asintió sin decir palabra y cerró los ojos: "Simba. Mi hijo. Quiero verlo" pensó con convicción. Cogió aire y lo soltó lentamente. Luego abrió los ojos. La laguna había cambiado. Ahora se veía un inmenso desierto. Había buitres volando. Entonces lo vio. Simba yacía en el centro de su campo de visión. "¿Está muerto?" se preguntó, asustado. Contempló como los buitres bajaban poco a poco hacia el cuerpo de su hijo, describiendo círculos en el aire. Mufasa, nervioso, movió su campo de visión hasta que, muy cerca de donde se encontraba su hijo, vio a un suricato y a un jabalí. Tal vez... No sabía si eso podía hacerlo y es posible que fuera una locura, pero mandó toda la potencia de su mente hacia la curiosa pareja. "Espantad a los buitres. Espantadlos. Rápido." Mufasa no comprendió cómo, pero funcionó. Los dos amigos se lanzaron a por los buitres y los echaron de allí mientras reían a carcajadas. En ese momento, el antiguo rey se preguntó si no lo habrían hecho por voluntad propia. Suspiro aliviado cuando vio que cogían a Simba y se lo llevaban. Trató de seguirlos, pero en ese momento Mohatu apareció a su lado y lo empujó, haciendo que desapareciera la imagen.
-¡Eh!-protestó Mufasa-. ¿Por qué has hecho eso?
-Ya lo has salvado. De momento debes olvidarte un poco de él. Sé que no será fácil, pero no puedes abusar del poder de ser espíritu, pues no es ilimitado y es muy posible que tengas que mostrate a él cuando llegue la hora.
Mufasa estaba enfadado con él por lo que había hecho, pero comprendía que tenía razón. Suspiró y le echó un último vistazo al manantial. Pudo distinguir a Simba hablando con la pareja que lo había salvado y vio como éstos lo aceptaban con ellos. Sonrió. Su hijo seguía vivo. ¿Que comería? Siguió mirando las imágenes hasta ver a Simba tragando un gusano. No pudo evitar reírse.
-¡Mufasa!-lo llamó Mohatu. Se giró y vio a su padre y a su abuelo, que lo esperaban pacientemente. Dirigió una última mirada a la laguna y luego fue a reunirse con ellos. Decidió olvidarse un poco de Simba para el resto del día. Ahora que sabía que estaba vivo y tenía dos "cuidadores", sabía que podía despreocuparse... por el momento.
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Aquí está el cuarto capi, está dedicado a Zira_Gwen y a Taka/Scar, espero que os guste

Capítulo V

Durante el resto del día, Ahadi y Mohatu estuvieron con Mufasa. Éste aprendía rápido todas las normas del Reino de los Espíritus y prestaba mucha atención a todo lo que le explicaban. Mientras intentaba controlar sus emociones para no cambiar constantemente de lugar, apareció a su lado un nuevo león. A Mufasa le sonaba haberlo visto el día que llegó, pero no sabía ni su nombre ni cuándo fue rey. Ahadi y Mohatu fueron a saludarlo y el otro respondió sonriente. Su pelaje presentaba un color ocre y su melena era rojiza. Tenía los ojos de color azul cielo. Cuando se fijó en Mufasa, fue hacia él y se presentó:
-Me llamo Jasiri. Tú eres Mufasa, creo- dijo, con una sonrisa cálida en el hocico.
-Es un placer, Jasiri. Y sí, efectivamente, yo soy Mufasa- respondió. Jasiri se interesó por Simba, y Mufasa le contó todo lo que había ocurrido en Gazebo. Mientras hablaban, Mohatu le preguntó a Ahadi:
-¿Crees que Simba recuperará el trono?
-No lo sé- respondió Ahadi, suspirando-. Scar es mayor y, por lo tanto, cuando Simba sea adulto su tío será más débil; no obstante, Taka es muy astuto y muy hábil hablando. Si convenció a Simba de que él es el verdadero responsable de la muerte de Mufasa puede usarlo en su contra.
Mohatu agachó la cabeza, triste, y miró a Mufasa. Él y Jasiri continuaban hablando. Finalmente, se despidieron:
-Me alegro mucho de haberte conocido, Jasiri. Tenemos que hablar más a menudo.
-De acuerdo, pero tendrá que ser más tarde. Mi padre me dijo que fuera a verlo.
Jasiri despareció y Mufasa estuvo un rato mirando el lugar en el que estaba antes. Ahadi fue hasta su lado.
-Ha dicho que había quedado con su padre. ¿Quién es?- preguntó Mufasa.
-¿Su padre? Bueno, Jasiri es el hijo de Nzuri.
-Oh.
Mufasa no pudo evitarlo y volvió a pensar en Simba. ¿Le irá bien con sus "padres adoptivos"? Suspiró. Ahadi lo miró y preguntó:
-¿Quieres que volvamos a Gazebo?
-Sí.
Los tres leones fueron de nuevo a la charca, y Mufasa se concentró de nuevo en Simba. Finalmente, apareció su imagen...
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Os dejo una foto de Jasiri:

Spoiler:

Está dedicado a Zira_Gwen

Muchas gracias por dedicarmelo.

Vas muy bien con tu fic. y esta muy bueno.

Espero la conti.

Saludos

Muy buenos estos ultimos dos capitulos... me gusta mucho. Espero la continuacion. Gracias por la dedicatoria en el capitulo 4.

De nada a los dos, hoy pondré el siguiente capi

Capítulo VI

Finalmente apareció su imagen: Simba sonreía en compañía de sus "padres adoptivos". Mufasa se entristeció. Parecía que su hijo se había olvidado de él. Se concentró con más fuerza para poder oír lo que decían.
-Pero Timón- le decía Simba al suricato-, ¿cómo sabré qué gusanos son venenosos y cuáles no?
-Oh, no es fácil distinguirlos, sin embargo, tienes la suerte de contar con los mejores maestros en este arte.
-Comer bichos no es un arte, es un asco- protestó el león.
-Pues bien que te gustaron cuando los probaste- replicó el jabalí.
-Tranquilo Pumba, es obvio que nuestro joven amigo no se ha acostumbrado a los bichos. Es comprensible, es un carnívoro.
-Hay algunos que me gustan, pero la mayoría saben... raro. Antes de comerlos siempre tengo que decir para mí "Hakuna Matata".
¿Hakuna Matata? Mufasa se extrañó. Nunca había oído hablar de eso, fuera lo que fuera. Como parecía que de momento a Simba le iba bien en aquel pequeño paraíso, Mufasa se apartó del agua y dejó que la imagen se desvaneciera. Se giró esperando encontrar a su padre y a su abuelo, pero se llevó un sobresalto al ver la cara de Nzuri a pocos palmos de la suya.
-¿Cómo está Simba?- preguntó el león blanco.
-Parece que podrá sobrevivir con la ayuda de sus nuevos amigos.
-¿Nuevos amigos? ¿Acaso se ha unido a otra manada?
-No exactamente...
Nzuri lo miró esperando una respuesta más concisa, y Mufasa habló:
-Simba ha sido... cómo lo diría... "adoptado" por una pareja compuesta por un suricato y un jabalí.
-¿De veras?-Nzuri parecía sorprendido-. Nunca había oído algo así.
-Por cierto- dijo Mufasa-, ¿tú sabes lo que significa Hakuna Matata?
-Por supuesto. Verás, significa...
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Aquí está el capítulo 6, perdón por la tardanza -.-'' Espero que os guste (:

Como vas a esperar que me guste???!!!... claro que me gusta!!!!.
Muy buen capitulo espero la continuacion.

Jajaj vale, mañana pongo el siguiente capi

Muy buenos capítulos, espero que continúes con tu fic

Capítulo VII

Nzuri tardó muy poco en explicarle a Mufasa la filosofía del Hakuna Matata y él lo entendió a la perfección. Sin embargo, lo preocupó un poco. Con el pensamiento de no preocuparse en mente, Simba podía llegar a olvidar quién era y de dónde venía. Le echó una mirada preocupada a la laguna. En ese momento, el Rey de Reyes (es decir, Nzuri) habló:
-Llegará el momento en el que tendrás que mostrarte a él, estoy seguro.
-¿Mostrarme a él? Pero...
-¿Sí?
-¿Es eso posible? Quiero decir... Estoy...
-Muerto, sí- lo interrumpió Nzuri-, pero el poder de los espíritus es en ocasiones muy poderoso.
-Y...¿qué pasará cuando me muestre a él?
-Eso ni el más sabio te lo diría, pues puede que Simba piense que tan sólo ha sido una alucinación suya y no te haga caso; puede que decida volver y enfrentarse a Scar.
-Oh.
-Tal vez necesites... cómo lo diría... alguien en quien confíes que te pueda ayudar a convencerlo. Obviamente tiene que estar vivo, así que no te servirán ni Ahadi, ni Mohatu, ni Jasiri.
Mufasa pensó en todas las posibilidades. ¿Sarabi? No, Scar no la dejaría irse. ¿Nala? No, con ella tenía el mismo problema. ¿Zazú? Sí, él podría servirle.
-Creo que ya sé quién podría ser mi apoyo, pero es posible que tenga problemas. ¿Puedo...?
-Por supuesto- respondió Nzuri, señalando con la cabeza a la laguna.
Mufasa se asomó como por quinta vez y se concentró en su fiel mayordomo. Lo que vio lo dejó mudo de espanto. Zazú estaba encerrado dentro del costillar de un animal y apenas tenía espacio para moverse. Entonces Zazú no podía ser. ¿Pero quién? Rastreando un poco su antiguo reino, observó cómo las leonas eran explotadas por las hienas e incluso Nala, a pesar de su corta edad, era obligada a cazar. En ese momento lo vio. "Soy estúpido. ¿Cómo no lo pensé antes?" dijo para sí. Había estado claro desde el principio. ¡Rafiki! El sabio babuino lo ayudaría sin dudarlo. Debía mandarle una señal, pero ¿cómo? La voz de Nzuri sonó a sus espaldas.
-Para eso también debes esperar al momento oportuno.
Mufasa se giró, sorprendido. "Cualquiera diría que me puede leer la mente" pensó. El león blanco esbozó una sonrisa traviesa y dijo:
-Efectivamente, cualquiera lo diría.
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Esto es todo, espero que la historia os siga apasionando tanto como al principio

Porsupesto que nos sigue interesando... al menos a mi.
Muy bueno fic espero la continuacion.

Salu2 y Rugidotes

muy xvr fic espero ver que pasara, me gusta

Capítulo VIII

Pasó el tiempo. Al principio, Mufasa se asomaba unas tres veces por día a Gazebo, pero poco a poco lo fue haciendo con menor frecuencia. Vio crecer a Simba y a Nala. Vio cómo las hienas destrozaban la Tierras del Reino. Vio cómo Scar era un rey cruel. Durante todo ese tiempo no hubo nada que se saliera de la rutina: en sus antiguos dominios, las leonas cazaban de sol a sol para que luego las hienas les dejaran sólo los huesos (a veces, ni siquiera eso). En el nuevo hogar de Simba, el día se dividía en comer, dormir, divertirse y comer otra vez.
Un día, Mufasa acababa de separar la mirada de la laguna, pues había visto, impotente, cómo Scar castigaba a las leonas por la poca comida que habían traído, incluidas Sarabi, Sarafina y la (por entonces) adolescente Nala. No soportaba ver eso. Salió de aquel lugar que cada vez le gustaba menos y comenzó a pasear. Aunque ya controlaba más o menos sus cambios de humor, no podía evitar que de vez en cuando cambiara el paisaje. Acababa de cambiar de desierto a selva cuando una voz familiar sonó a sus espaldas:
-¡Mufasa! Hacía mucho que no hablábamos.
-Hola, Jasiri- respondió el aludido, girándose.
El hijo de Nzuri sonreía, pero en su mirada había tristeza.
-¿Cuándo piensas convencer a Simba de que debe volver?
Mufasa suspiró.
-No lo sé, aún. Tu padre me dijo que necesito un aliado que esté vivo y ya sé quién es, pero no sé cómo mandarle una señal.
-Bueno... Creo que yo podría ayudarte, pero no se te ocurra decírselo a mi padre.
-¿Qué? ¿Por qué no?
-Pues porque cree que esto deberías hacerlo solo, pero bueno, yo soy un desobediente, así que...
Mufasa rió y al instante se sintió mejor.
-Me recuerdas a Simba. Se parece mucho a ti, en cuanto a personalidad se refiere.
-Es lógico, somos parientes. Lejanos, pero parientes a fin de cuentas.
Los dos leones estuvieron charlando muchísimo tiempo, hasta que, finalmente, apareció Nzuri.
-Mufasa-dijo, nada más verlo-, Simba ya es casi un adulto, dentro de poco deberás mostrarte a él.
-Lo sé, pero necesito llevar a Rafiki hasta él. ¿Cómo puedo hacerlo?
-Ya te lo dije en su momento, debes esperar al instante preciso.
Mufasa asintió.
Meses después Mufasa pasaba más tiempo asomado al manantial que en cualquier otro lado. Simba había crecido y ya estaba perfectamente preparado para enfrentarse a Scar. Mientras pensaba en cómo enviarle una señal a Rafiki, Mufasa vio a Nala hablando con su madre y con Sarabi.
-Estoy decidida: me marcho- decía la joven leona-. Y nadie lo va a impedir. Tenemos que encontrar ayuda, y la necesitamos ya.
Mufasa no necesitó escuchar nada más. Decidió que guiaría a Nala hasta Simba. Y a Rafiki también, por si acaso. Alzó un poco la mirada y vio a Jasiri al otro lado de Gazebo.
-He sido yo quien ha convencido a Nala para que vaya.
Mufasa asintió y centró toda su atención en Simba. Su hijo estaba tendido de espaldas, mirando al cielo, junto a sus dos amigos. Hablaron un rato, pero Mufasa no pudo entender lo que decían. Lo que sí que entendió fue que Simba se había entristecido. Lo siguió con la mirada cuando se levantó y se dejó caer, levantando una nube de pétalos y plumas. En ese momento se dio cuenta. No había necesitado encontrar una señal, la señal lo había encontrado a él. Concentrándose muchísimo, envió un viento que se lo llevó. Mufasa logró que llegara hasta el baobab de Rafiki, que, al verlo, lo cogió. ¡Por fin! Ahora, si el babuino reconocía el olor del príncipe, sabría que seguía vivo e iría en su busca.
-Bien hecho, Mufasa- dijo una voz detrás de él. Se giró y allí estaban Ahadi, Mohatu y Nzuri, sonrientes. Jasiri habló desde la otra orilla.
-Ahora, todo está en manos de una joven leona y de un viejo babuino, pero estate alerta: pronto llegará tu momento.
Mufasa asintió, pero no habló. Estaba cansado y quería dormir. Cerró los ojos y al instante se durmió. Los otros leones se alejaron para no molestarle. Mientras tanto, Nala intentaba cazar a Pumba...
Capítulo IX

Mufasa dormía aún cuando Jasiri lo despertó dándole un mordisco en la oreja.
-¡Au!-protestó-. Mantengo lo dicho, eres igualito a Simba. O Simba es igualito a ti.
-Date prisa, Simba y Nala han discutido.
-¿Qué?-exclamó Mufasa, horrorizado. Si ni siquiera la amiga de la infancia de su hijo había logrado convencerlo, entonces tenían un problema. Se levantó de un salto y siguió a Jasiri, que ya corría hacia Gazebo. Ambos leones corrieron tan rápido que al llegar casi cayeron de cabeza a las aguas. Sin perder ni un segundo Mufasa se concentró en Simba. Cuando apareció su imagen, el corazón del antiguo rey se llenó de tristeza.
-¡Dijiste que siempre estarías cuidándome!-gritaba su hijo al cielo estrellado-. Pero no es cierto. Todo es por mi culpa. La culpa es mía… La culpa es mía…
Mufasa notó la pata de Jasiri (o tal vez fuera su padre) sobre su hombro, a modo de consuelo silencioso. “Rafiki, por favor, ahora sólo tú puedes convencerlo” pensó, casi suplicó. Se concentró en el sabio babuino. Lo vio balanceándose sobre una rama mientras cantaba una canción extraña. Ashante shana, squahs banana, ubhu nini, nini apana. Mufasa se preguntó qué significaría eso.
-El momento se acerca- dijo Jasiri detrás de él.
-Debes ser directo y conciso- aconsejó Mohatu.
-Prepárate- avisó Ahadi.
-No podrás estar frente a él mucho tiempo, prepara bien lo que vas a decirle, ya que tendrás que hacerlo sólo- habló Nzuri.
-¿Qué?- se alarmó Mufasa.
-Es tu asunto, no el nuestro.
-Y… ¿cómo me muestro a él?
-Simplemente…- empezó Ahadi.
-Sumérgete…- siguió Mohatu.
-En el agua- concluyó Jasiri.
-Ahá- respondió Mufasa, nada convencido.
Cogió una gran bocanada de aire y lo soltó despacio. Era su manera de relajarse, y solía dar resultado, aunque esta vez no sirvió de mucho. Hizo lo posible por concentrarse en Simba y Rafiki, que ya conversaban, y empezó a preparar sus palabras. En ese momento vio al babuino salir corriendo y al joven león seguirlo con rapidez. Tras un rato de carrera, llegaron a una laguna, y Rafiki obligó a Simba a mirar. Fue entonces: el príncipe vio a su padre en lugar de su reflejo, y él se lanzó al agua. Nada más entrar en contacto con el frío líquido, Mufasa dejó de estar en Gazebo para aparecer en el cielo, justo encima de su hijo.
-Simba.
-¿Padre?
-Simba, me has olvidado.
-¡No! ¡Eso jamás!
Antes de lanzarse al agua, Mufasa apenas sabía qué iba a decir, pero una vez allí, las palabras salían solas de su boca.
-Has olvidado quién eres, por lo tanto me has olvidado. Mira en tu interior, Simba. Eres más de lo que eres ahora. Debes ocupar tu lugar en el Ciclo de la Vida.
-¡¿Cómo puedo regresar?! ¡No soy el mismo!
-Recuerda quién eres, eres mi hijo, el único y verdadero rey. Recuerda… Recuerda… Recuerda…
Alguien agarró a Mufasa y lo obligó a salir del agua. Antes de desaparecer del todo, pudo ver a Simba corriendo desesperado tras él.
-Recuerda…
Un león desconocido lo sacó por completo del agua. Era de color miel, su melena era oscura y sus ojos eran violetas. Mufasa seguía algo desconcertado por esa sensación.
-Me llamo Harabi, Nzuri me ha encargado que te sacara de aquí.
-Gra…gracias.
Harabi se alejó un poco y dijo:
-Voy a informarlos a todos de que ya has acabado.
Mufasa asintió sin decir una palabra y se tumbó. Cerró los ojos y revivió los últimos diez minutos. Estaba seguro de que Simba tomaría la decisión correcta. Casi sin darse cuenta, se durmió.
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Van dos capis, espero que os gusten