La historia de Ajida.

Capítulo I.
El gran cambio.

Era una mañana en la sabana. Un cachorro de león, muy travieso y juguetón salía a jugar. Su nombre era Ajida. El pequeño, corría alegremente por las praderas sin saber el peligro que le esperaba detrás de unos arbustos.
El chico jugaba con una lagartija cuando de repente, ¡GROAR! una león extrañó sale de los arbustos.
-Hola, Harry-. Dijo el cachorro con una sonrisa.
-Pequeño tonto-. Dijo el león moviendo la cabeza y se lanzo sobre el pequeño.
-¡Deja a mi hijo!-. Rugió otro león detrás de la espalda de la extrañó.
-¡Tú!-. Dijo el forastero y salto encima de él.
El león no había venido solo, sino con el resto de la manada. El león forastero peleo con todos y con ayuda de un par de leones más, los venció a todos.
Todos estaban muertos, solo quedaban el pequeño cachorro y su hermano mayor; Quien se lanzo encima del león forastero. Este lo esquivo y el joven calló al suelo. El extraño se acerco a él y le aprieto el cuello.
-Huye Ajida... Huye... Salva... Tu... Vida-. Dijo el joven león y de repente calló al suelo sin levantarse.
Ajida corrió sin rumbo alguno.
La noche cubrió al pequeño. Tenía frió y extraña a su manada. El pequeño se acurruco al lado de un gran roca. De pronto, un león se acerco. Ajida se asustó.
-No temas; Sígueme-. Dijo el león.
Ajida lo siguió, estaba desesperado por encontrar un lugar acogedor y comida, que no recordó lo que su madre siempre decía: "No confíes en extraños". Eso era lo que había echo que sus familia y la manada hubieran sido acecinadas... No recordó lo que su madre le decía y confió en un león extrañó que terminó traicionándolo.
Al llegar a la cueva donde vivía el león este hablo. -Bienvenido a mi hogar. ¿Tienes hambre?-.
Ajida asintió y el león le dió comida. Un cachorro mucho más menor que Ajida, al cual aun no tenía su mechón sobre la cabeza (Ajida lo tenía ya desde hace mucho tiempo).
Durante mucho rato, los tres comieron y Ajida no hablo.
-¿Eres mudo?-. Pregunto el cachorro a Ajida.
-¡Adok!-. Dijo él león. -Disculpa a mi hijo.
-No es nada. No soy mudo. Perdón por no haber hablado antes ni presentarme, estoy distraído por algo que me paso hoy-. Dijo Ajida. -Soy Ajida.
-¡Ups! Yo tampoco me presente, soy Ziku-. Dijo el león
-¿Se puede saber que sucedió?-. Pregunto Adok.
Su padre lo miró mal otra vez.
-No me gustaría hablar de eso-. Contestó Ajida.
-Es tarde... ¡Adormir!-. Dijo Ziku.
-Gracias por la comida-. Dijo Ajida. Se levantó y se caminó hacía la entrada de la cueva para irse.
-¿A dónde vas?-. Pregunto el león.
-A algún lugar... No lo se-. Contesto el cachorro sin mirar atrás y con la cabeza baja.
-¿Por qué no te quedas aquí?-. Le propuso Ziku.
Ajida se dió una vuelta repentina y miro al león. -¿Enserió?
-¡Claro!-. Asintió el león.
Los tres se pusieron a dormir.
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Ahí termina el capítulo N° 1, espero que les guste. Se lo han leído, no se olviden de comentar.
Aquí les dejo unas imágenes de los personajes hasta ahora.

Ajida:

Spoiler:

Adok:

Spoiler:

Harry:

Spoiler:

Ziku:

Spoiler:

Buena historia, un poco triste el comienzo, pero excelente de todas formas. Me gusta el aspecto de Adok y Ajida.
Considérame como una seguidora de tu historia.
¡Espero más capítulos!

Gracias por tu comentario. Los comentarios son importantes, para mi.

P.D: ¿Estas registrada también en El Reino de Naliita,Luli? Porque yo allí me llamo Nando.

(Perdón por salirme de tema, pero sí, me llamo igual que en este foro y también leo tus historias y esas cosas )

buena historia sigue asi!!!

Muy buena historia, te quedo espectacular el 1º capitulo, lastima lo que le paso a Ajida, que bueno que haya encontrado alguien con quien estar. Espero que lo continúes pronto ya que tienes buena mano para escribir.

Saludos!

(Por favor eviten salirse del tema. La próxima vez traten de comunicarse por MP )

Claro, en cualquier momento traigo el 2do capítulo.

Saludos.

Capítulo 2:
Viendo a las leonas cazar.

Al día siguiente, Ajida se levanta y se sienta en la entrada de la cueva. De repente, Adok se acerco lentamente por detrás de Ajida. Cuando estuvo apunto de saltar encima de él, el otro cachorro se dio media vuelta y tumbo a Adok.
-¿Me has escuchado?-. Pregunto sorprendido
-Claro-. Respondió Ajida.
-¿Como lo haces?-. Pregunto curioso, Adok.
-Mi padre me enseño. Tienes que sentir la tierra debajo de tus patas-. Dijo Ajida.
Una leona se acerco a ellos. Su piel era de color crema y sus ojos celestes. -¿Qué hacen?-. Pregunto.
-Nada-. Respondió Adok.
-Vamos a cazar, ¿Nos acompañan?-. Pregunto.
-Claro, mamá-. Respondió Adok -¿Tú vas, Ajida?
-Sí-. Asintió.
Así que ambos cachorros se fueron con las leonas a ver como cazaban. Adok miraba como si siempre las viera hacer eso, es que en realidad, siempre las veía cazar. En cambio Ajida estaba asombrado, jamás había visto a un grupo de leonas perseguir un animal, apenas había visto a su padre cazar un pajarraco para que él comiera.
Su madre jamás le permitía ir con ellas a cazar o estar cerca de alguien que estuviera cazando.
-¡Es genial!-. Decía Ajida sin dejar de mirarlas.
-¡¿Verdad que sí?! Oye, ¿Por qué están tan asombrado? ¿Jamás viste a unas leonas cazar?-. Le pregunto su nuevo amigo.
-Pues... No. Mi madre jamás me dejaba que me acercara alguien que estuviera cazando, decía que era muy peligroso-. Dijo Ajida.
Las leonas se acercaron a ellos con una cebra.
-Vamos a casa-. Dijo la madre de Adok.
Todos regresaron a la cueva, donde Ziku los esperaba, ansioso y con hambre.

Vaya, me gustó el segundo capítulo. Y que extraño eso de que es peligroso ver leonas cazar. De todas formas, muy bueno. Y, como te dije en otras historias, tienes buena mano para escribir.

Me gusto el 2º capitulo, algo corto pero no me quejo (siempre digo eso xD). Se nota que la madre de Ajida era muy sobreprotectora con él.
Espero que lo continúes pronto.

Saludos!

Capítulo 3:
Tú futuro no es aquí.

El tiempo paso. Ajida y Adok eran muy unidos. Un día llego al reino, una leona y su cachorra, que se llamaba Nadia.
Paso otra vez el tiempo volando otra vez. Nadia, ya era amiga de los dos jóvenes cachorros, que ahora era dos leones adultos. Para Ajida, era más que solo una amiga... En realidad, Nadia era la pareja de Ajida.
Un día ocurrió algo terrible para la manada, al parecer, unos leones que pertenecía a la manada de Harry descubrieron que Ajida vivía en la manada de Ziku. Estos leones atacaron al Ziku por no decirles en que lugar estaba Ajida. Ziku, llego a la cueva muy mal herido. Al acercarse, Ajida y Adok se acercaron rápidamente para ayudarlo a llegar.
Ambos leones, pusieron a su padre ---es Ziku era como el nuevo padre de Ajida--- en el suelo.
-Ajida...- Dijo Ziku y tosió -Te diré algo.
-¿Qué?-. Preguntó el joven león.
-No encontraras tu futuro aquí...- Dijo Ziku.
-¿Pero...? ¿Qué?-. Pregunto algo desconcertado el chico.
-Suena loco pero, hable anoche con los espíritus y me han dicho tu no encontraras tu futuro aquí y también predijeron lo de mi ataque-.
-Pero, si ya sabías que te sucedería esto, ¿Por qué no te previniste?-. Pregunto Ajida
-Mira chico, no todos tenemos el don de hablar con los espíritus, hay que dejar que las cosas pasen como lo están planeadas... Así, como todos tenemos un día para nacer, también lo tenemos para morir. Desde que uno nace, los espíritus del pasado ya saben cuando morirá, así es la vida-.
-Claro... Todos tenemos un día para nacer y morir... Este no sera el tuyo, ¿Verdad?-.
-Ajida, pasara lo que pasara. Si hoy es mi día, lo sera. Solo quiero que tengas en cuenta lo que te eh dicho hace un rato, tu futuro no lo encontraras aquí-. Dijo el león casi esforzando su voz.
-¿Entonces donde?-.
-Cuando llegues a ese lugar, lo sabrás y Ajida... ¡Hasta pronto!-. Dijo Ziku y cerró los ojos.
Ajida lanzó un rugido que pudo escucharse hasta el más mínimo rincón del reino. Después de un minuto, entre algunas leonas, llevaron el cuerpo del fallecido Rey a la parte trasera de la cueva, donde había un min-cementerio con los cadáveres de los antiguos reyes de ese reino.
Por la noche, Ajida miraba las estrellas pensando en lo que Ziku le había dicho.
-¿Ajida?-. Dijo una voz detrás de él.
Al darse la vuelta, vio que era Nadia.
-¿Sucede algo?-. Pregunto ella.
-Estaba pensando... En lo que Ziku me dijo esta tarde, antes de morir-. Respondió.
-¿Llegaste a una decisión?-. Le pregunto Nadia acariciándolo.
-No-. Contestó el león.
Ambos entraron a la cueva para dormir. Por la noche, Ajida tuvo un sueño.

Él se encontraba durmiendo, igual que en la vida real. De repente, alguien se le acerca. Ajida se despierta y ve un león y una leona idénticos a sus padres delante de él.
-S-son m-mis pa-padres-. Balbuceó Ajida.
-Claro que sí, hijo-. Le contesto su padre.
-¿Por qué me abandonaron cuando era solo un cachorro?-. Preguntaba Ajida.
-Todo tiene su período-. Dijo su madre
-No estamos aquí por eso, ¿Quieres saber por qué Harry nos ataco? Pues visita a Rafiki, él te ayudara con eso-. Le dijo su padre.
-¿Rafiki? ¿Quién es ese?-. Pregunto Ajida.
-Es un chaman de otro reino, él te ayudara a comunicarte con nosotros-. Le dijo su madre.
-¿Por qué no me lo cuentan ahora y listo?-.
-Es algo muy largo, tú tiempo de sueño no nos alcanzaría para contarte todo-. Le dijo su madre.
-Visita a Edemake, el te dirá como llegar a la guarida de Rafiki-. Dijo su padre.
De apoco, ambos se fueron desapareciendo mientras decían "Despiértate", muchas veces.

La voz de sus padres diciendo "Despiértate", resonó en su cabeza. Ajida se despertó repentinamente cuando Adok lo abofeteo.
-¿Qué? ¿Qué pasa?-. Dijo.
-Te movías mucho, pensé que tenías una pesadilla y te desperté-. Le dijo su "hermano".
-En realidad estaba soñando con... Mis padres-. Dijo Ajida.
-Perdón por despertarte, debes de extrañarlos-. Dijo Adok.
-Pues, sí. Pensé que con los años los olvidaría, pero no puedo. Sus muertes horripilantes han quedado grabadas en mi para siempre. Debo irme-. Dijo Ajida.
-¿Qué? ¿A dónde?-.
-Debo buscar a Edemake-. Respondió
-¿"El viejo" Edemake?-. Dijo sorprendido su "hermano"
-Es algo loco que no me gustaría contarte ahora, ¿me acompañas?-. Le pregunto.
-¡Qué si te acompaño! ¡Por supuesto!-. Dijo Adok.
Nadia se acerco a ellos. -¿Qué hacen?-.
-Estamos por ir a ver a Edemake-. Respondió Adok.
-¿Los acompaño?-. Pregunto la leona.
-Por supuesto-. Respondió Ajida.

Que buen capítulo, me intriga eso de sus padres. Ya te lo dije, pero de todas formas lo repito: eres bueno escribiendo.
Y espero el próximo capítulo con muchas ansias.

muy pero muy buenos capitulos
losiento por no escribir antes es que estaba acupada en mis deberes .... o-o
como dijo lioness vitani tienes buenas manos para escribir (sorry por repetirlo mucho pero es que eres bueno)
buenos caps que siga

Buena continuación, me dejaste con intriga por querer saber porque Harry los ataco, espero que lo cuentes en el próximo capitulo aunque lo dudo. Espero la continuación con ansias.

Saludos!

que lindo fic, espero que lo continues pronto

Perdón por la demora. Es que no había podido entrar me había olvidado de mi contraseña.
Capítulo 4: El viejo Edemake.

-Mamá...- Llamo Adok. Enseguida, ella apareció. -Mamá, Ajida debe ir a lo de Edemake, puede ser que jamás regrese... Nadia y yo lo acompañaremos-.
-Pero, ¿Quién sera el sucesor de tu padre?-.
-No lo se. Elije a un león de confianza-. Contesto Adok.
-Eres adulto, sabes lo que haces y si quieres irte... No te lo prohibiere... Ya no eres mi cachorrito-. Dijo la leona casi llorando.
-Mamá...- Dijo Adok comenzando a abrasarla. -Estaré bien... Lo prometo-.
-Adiós-. Dijo la leona.
El trío de amigos se fue. Caminaron durante todo el día. Adok era el único que sabía donde vivía Edemake. ¿Por qué? Ni Ajida ni Nadia lo sabían.
El Sol comenzaba a ocultarse y como costumbre, Nadia se preparo para cazar. Todas las leonas en la manda donde nació cazaban a esa hora. Daba la casualidad, que en la manda donde creció (el hogar de Adok), también acostumbraban a cazar cuando el Sol se comenzaba a ocultar.
La leona no lo hizo sola... Sus amigos la ayudaron. Cuando ya tenían la cena, un grupo de chacales trato de sacárselas. Ajida y Adok pelearon, mientras Nadia vigilaba la cena. Cuando al fin, los chales se fueron, pudieron comer.
La noche calló y aun no habían encontrado al simio. Exhaustos, los tres se tumbaron bajo un árbol.
-Creí que sabías donde vivía el simio-. Dijo Ajida algo enfadado.
-Es que SE donde vive. Solo que no logro entender como es que no pudimos encontrarlo-. Contesto su "hermano".
-Ahora debemos buscar una cueva donde pasar la noche-. Dijo Nadia.
-Ella tiene razón, mañana seguiremos buscándolo-. Dijo Adok.
-Si es que lo encontramos-. Dijo Ajida.
Una voz se escucho desde la copa del árbol. -¿Se puede saber a quién buscan ustedes?-.
Los tres miraron hacía arriba, pero por más que esforzaban la vista... No lograban ver a nadie. De repente, alguien fue bajando de rama en rama. Al llegar a una distancia favorable, Adok lo reconoció.
-¡Es él!-. Dijo. -¡Edemake!
-Sí, claro que soy yo-. Dijo el simio.
-Lo estábamos buscando señor-. Dijo Nadia.
-Lo se... Tu padre me lo dijo. No sabía que Milo era padre-.
-Sí y de dos varones... Yo soy el menor-. Dijo Ajida.
-También me lo dijo. Bueno, pasen la noche aquí y mañana comenzaremos el camino hacía el baobab de Rafiki-. Dijo Edemake.
Los tres leones entraron al árbol y allí durmieron. Nadia se echo sobre una esquina y le pidió a Ajida a que se echara a su lado.
Esa noche, Ajida volvió a soñar con su familia. Esta vez, solamente apareció su padre.

-Papá-. Decía el joven león.
-Ajida, veo que ya has llegado a lo de Edemake-. Dijo Milo.
-Sí. No creí que viviera en un árbol-. Respondió Ajida.
Milo se rió. -Al parecer has encontrado otra cosa-. Dijo bromeando.
-¿Qué? ¿Qué eh encontrado?-. Pregunto Ajida, algo confundido.
-Parece que has encontrado una novia...- Dijo casi riendo.
-¿Qué? ¿Nadia? ¡No! Es solo una amiga-. Contesto Ajida.
-Y por duermes a su lado... Yo creo que es más que una amiga-.
-¡Papá!-. Dijo enfadado el chico.
-Bueno, bueno... Supongamos que te crea, SUPONGAMOS... No te creo-.
-¡Papá! ¡Vasta!-.
-Bien... Es hora que te despiertes-. Le susurro su padre.

Ajida se despertó con le susurro de su padre dándole vueltas en la cabeza. El día ya había aclarado. Cuando se despertó bien, noto que estaba solo... Salió afuera y allí estaban sus amigos y el mono, esperándolo... Mientras Adok y Nadia saboreaban una cebra y Edemake comía algunas frutas.

Grandiosa continuación Nando. como dije anteriormente (no recuerdo donde) no se que poner en este tipo de comentarios. Espero el próximo capitulo con ansias.

Saludos!

Gracias.
Yo igual, hay veces que no se que poner en comentarios de fic.

Perdona por demorarme en comentar, y a mí me pasa lo mismo que Araik pero bueno, muy buen capítulo, me fascinó. Ojalá Ajida y sus amigos puedan llegar al Baobab de Rafiki.

Perdón por haber abandonado así la historia (espero que no se hallan molestado)... Es que no tenía ideas para seguir la historia. En fin, aquí esta el capítulo Nº 5, recién salido de Word.
Capítulo 5: "El ataque de las hienas."

Al bajar del árbol, Ajida se acerco a sus amigos.
-¡Jo! Mira quien se a decidió levantar… Dormilón-. Dijo Adok.
-Buenos días-. Dijo Nadia frotando su cabeza en la de Ajida.
Ajida respondió haciendo el mismo gesto y diciendo lo mismo. Edemake, paso su mano por detrás de su espalda, saco una gran pata de cebra y junto a unas frutas, se la dio a Ajida. –El desayuno es la comida más importante del día-.
Ajida las tomo con una de sus patas. -¿Debo comer también las frutas? No me gustan-.
Edemake asintió con la cabeza. Con pocas ganas, el león comenzó a comer las frutas para luego continuar con la carne.
Cuando todos terminaron de comer, incluso Ajida, comenzaron a caminar rumbo al desierto del Norte. Al llegar a la frontera con este, Edemake dijo que él iría buscar algunas frutas para el viaje, mientras que los chicos dijeron que irían a cazar algo ya que por algunos días no tendrían comida. Luego que todos encontraron lo que pudieron, se reunieron en el mismo lugar de donde partieron. Edemake, traía un gran caparazón detrás de él y dentro de este, había muchas variedades de frutas. Mientras que Ajida, Adok y Nadia, habían cazado una cebra para cada uno. Con toda esa comida, empezaron su viaje por el desierto.
Caminaron dos días con sus noches, la comida empezaba a terminarse, pero por suerte ya casi llegaban al baobab de Rafiki. Una noche, el grupo caminaba por el desierto cuando de repente escucharon pasos a su alrededor y luego algunas risas.
-¿Lo sienten?-. Pregunto Nadia.
Los dos leones y el simio asintieron.
-Parecen risas de…- Dijo Ajida
-¡¡HIENAS!!-. Grito Edemake, al ver tres hienas dirigiéndose hacia ellos y a la vez, interrumpiendo a Ajida.
-¿Qué hacen animales como ustedes por aquí?-. Pregunto Ajida poniéndose en posición de ataque.
-Eso mismo nos preguntamos nosotros…- Dijo una de las hienas.
Al ver que Adok y Nadia también se habían puesto en posición de ataque, otra hiena dijo. –Tranquilos, tranquilos… Solo queremos a ese viejo de ahí-. Dijo señalando al mono.
-¿Edemake?-. Dijo Adok algo sorprendido, ¿Por qué unas hienas se interesarían en un viejo mono?
-Primero pasen sobre nosotros-. Dijo Ajida.
Las tres hienas, se miraron y luego rieron.
-Sera fácil-. Dijo una de las hienas y cada una se lanzo sobre los leones.
Estos pelearon, pero… Las hienas los vencieron. Eran más fuertes y tenían mejor preparación para pelear que ellos. Luego de haber dejado a los tres tirados contra un árbol, mientras se quejaban por los feroces rasguños y golpes de las hienas, estas se acercaron al mono y comenzaron a atacarlo. De repente, un león más robusto, fuerte y viejo que los otros tres (Ajida, Adok y Nadia), apareció de la nada y ahuyentó a las hienas. El león se acerco a Edemake y trato de ayudarlo a levantarse.
-¿Está bien, señor?-. Le pregunto.
-Sí… Creo… Que… Sí-. Contesto con dificultad para hablar.
Poco a poco, los tres chicos fueron despertando. Ajida se levanto mientras se sobaba la cabeza y decía. -¡Que fuerte golpean ellas!-.
-Sí, ¡Quién imaginaría que tres hienas podían mostrar mejor preparación para pelear que nosotros!-. Dijo Nadia.
-Miren, ¿Quién es ese?-. Dijo Adok señalando al león extraño.
-Sera mejor ir a ver-. Dijo Ajida levantándose y acercándose al león. -Hola, ¿Quién es usted?-. Pregunto Ajida algo curioso.
-Soy Asafum. Pasaba por aquí cuando vi a las hienas atacar a este mono, ¿Viene con ustedes?-. Dijo el león.
-¡Edemake!-. Exclamó Adok y corrió hacia él.
-Sí-. Contesto Nadia.
-Amigo, dime algo-. Dijo Adok moviéndolo.
-Cu-cuidado-. Le dijo
Ajida observo al mono lastimado por un momento. –Sera mejor encontrar a alguien que puede curarte-.
-No muy lejos de aquí… Esta Rafiki… Sí caminamos todo lo que… Queda de la noche… Quizás para el amanecer… Lleguemos a su hogar-. Balbuceo el mono.
-¡Perfecto!-. Dijo Ajida.
-No pensaras caminar toda la noche para ir a allá-. Dijo Adok.
-¡Oh, claro que sí!-. Respondió Ajida.
-No es seguro. Esas hienas podrían andar aun por ahí, será mejor partir por la mañana para una mejor visibilidad-. Dijo Asafum.
-Mira todas esas graves heridas, mira como sangran… ¿Te parece qué podemos esperar al amanecer?-. Dijo Ajida.
-Tienes razón-. Dijo Asafum, cargo al viejo Edemake en su lomo y empezó a caminar hasta el baobab.

Despues de tanto esperar trajiste tu capitulo

Este capitulo me gusto mucho ni muy largo ni muy corto, esta como me gusta. Esperon que lleguen pronto con Rafiki para que logre curar a Edemake.
También espero que se cuente un poco mas de la historia de Asafum ya que quisiera saber mas de el, de donde vino, etc.

¿Te basaste en el nombre de Mufasa? Digo porque Mufasa escrito al reves es Asafum.